El famoso “cri-cri” de los grillos y saltamontes podría quedar en un simple recuerdo. Y es que buena parte de las especies de ortópteros europeos, familia a la que pertenecen los grillos y los saltamontes, se encuentran en peligro de extinción.
A esta conclusión ha llegado la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) tras analizar el estado de conservación de 1082 especies en Europa durante dos años.
El 30,2% de las especies que conforman la familia de ortópteros se encuentra en declive, el 7,6% son especies estables y solo un 3,2% son especies con población en aumento.
Otro dato alarmante del informe es que de las 739 especies exclusivas de Europa, 231 (más de un 30%) están amenazadas. Esta enorme cifra supone un toque de atención para que las autoridades europeas se dediquen plenamente a conservar y proteger a estas especies.
Causas de que los grillos y saltamontes estén amenazados:
Según los expertos de la IUCN, estas especies se encuentran amenazadas particularmente por el sobrepastoreo, el abandono de pastizales, la conversión de matorrales y pastizales en tierras de cultivo, el uso de fertilizantes, pesticidas y maquinaria agrícola pesada, además de los incendios, la urbanización y las explotaciones costeras. Sin ir más lejos, en 2007, un incendio provocó que la cigarra canaria perdiese un cuarto de su población.
El subdirector del Programa Mundial de Especies de la UICN, Jean-Christophe Vié, ha explicado que el paisaje de Europa está experimentando importantes cambios que afectan a especies como los grillos y saltamontes.
Y que una solución para que dejen de estar en peligro de extinción es proteger y restaurar sus hábitats mediante una gestión sostenible como puede ser el caso de recuperar prácticas agrícolas tradicionales.
En lo que se refiere a España, el sur contiene una elevada biodiversidad y la península ibérica es uno de los puntos donde se concentra un elevado número de especies. Esto significa que tenemos una importante responsabilidad ya que conservar a la población de grillos y saltamontes sanos es la clave para mantener un ecosistema sostenible en Europa.
