La polilla guatemalteca, Tecia solanivora, es un insecto muy destructivo que puede penetrar dentro de las patatas y carcomerlas por dentro. Este insecto está amenazando a uno de los productos más valiosos de la gastronomía gallega. Este insecto fue identificado por primera vez en A Coruña, concretamente en Neda a finales del año 2015 y en todo este tiempo la Xunta no ha sido capaz de frenar el avance de este insecto por tierras gallegas.
Esta plaga no supone un riesgo para la salud de los consumidores, pero si supone un grave riesgo para el sector que ya ha perdido cosechas para autoconsumo de 31 ayuntamientos del norte de A Coruña y Lugo y ha afectado incluso a siete concejos de Asturias.
Otras plantaciones, esperan, a salvo de momento, a que el Ministerio de Agricultura apruebe un decreto con medidas más contundentes y efectivas que impidan que el desastre también se cierna sobre ellas.
Este gusano es originario de Centroamérica y hasta ese momento en España solo había sido localizado en Canarias. Por ese motivo los expertos sospechan que el insecto pudo llegar en barco a la costa de A Coruña y Lugo.
En los Ayuntamientos cercanos a Neda, Ferrol Y Narón se impartieron cursos y charlas a los productores y se les prohibió trasladar tubérculos procedentes de esas zonas. Se destruyeron casi 7.000 kilos de patatas y en las huertas tuvieron que colocar trampas con feromonas sexuales para poder atraer a las polillas y cazarlas al vuelo. Aun así, nada consiguió frenar su expansión.
El hecho de que la plaga solo haya afectado hasta ahora a plantaciones familiares y de autoconsumo y pequeños agricultores ha evitado que el golpe económico sea más alto pero también complica de manera notable la eficacia de las cuarentenas y los controles.
El Ministerios de Agricultura aún no ha decidido si introducirá controles en el transporte de patatas a las zonas afectadas por esta devastadora plaga. El decreto aún se encuentra en periodo de consultas y estará listo de aquí a unas semanas. Esta norma prohibirá rotundamente el movimiento del tubérculo infectado y la siembra de la patata en las zonas donde se detecte la polilla. Por supuesto, también una gran vigilancia que permitirá detectar su presencia en otras áreas para poder controlar su dispersión. Esta plaga solo afecta a la patata, por lo que si no hay patata, la polilla muere.
