En la ciudad comparten vida humanos y animales. Siempre se ha dicho que el roce hace el cariño, pero no en este caso. Puede aprenderse a convivir con ellos, por supuesto. Pero siempre y cuando no supongan un peligro o amenaza para la ciudadanía. En ese caso pasan a llamarse plagas y debe procederse a su control con una empresa fumigadora de plagas.
Últimamente la plaga más común en las ciudades es la de las chinches. En San Sebastián aparecieron hace unos tres años y el director del departamento de Salud Pública del Ayuntamiento, José Manuel Etxaniz, confiesa que ellos fueron los primeros en sentirse sorprendidos. Cuenta como se dieron cuenta de la aparición de estos insectos. Una pediatra les dio la voz de alarma cuando un niño apareció en la consulta con unas picaduras que formaban una línea recta, algo muy característico en estos insectos. Tras acudir al domicilio del pequeño pudieron observar que la vivienda estaba totalmente infestada tras haber cogido un colchón de la basura. Había insectos incluso tras las jambas de las puertas.
Normalmente como en este caso suelen habitar en colchones o zonas muy cercanas a la cama. Cuando quieren alimentarse utilizan una de sus trompas para inyectar un anestésico y después succionan la sangre durante 5 minutos. Obviamente el ayuntamiento no trabaja en casas particulares pero informa a los ciudadanos de cómo proceder a la retirada de muebles para que toda la ciudad no se vea afectada por esta plaga. Además aconsejan ponerse en contacto con una empresa fumigadora de plagas.
Además de las chinches hay otras plagas que viven entre nosotros. Como por ejemplo, las palomas. Además, son portadoras de bacterias, parásitos y virus. A finales de los 90 en Donostia se calculaban alrededor de 5.000 palo.as Actualmente, el número ha descendido a 700 gracias a la captura con red. Estas aves se mueves en torno a las personas que les facilitan alimento y del horario lectivo de los escolares, que dejan los patios llenos de comida y chucherías.
Aun así estas aves tienen que enfrentarse a duras enemigas, las gaviotas. Antes se acercaban al mar y lo limpiaban de las porquerías que había pero con la llegada de los vertederos comían allí sin ningún esfuerzo. Sin vertedero necesitan volver a la ciudad y como su manjar preferido son las palomas, estas están en más peligro aun.
A pesar de que su presencia sea cada vez más frecuente los expertos afirman que las gaviotas aun no pueden considerarse una plaga ya que no anidan en la zona urbana. Si lo hicieran así, habría que tomar medidas y contar con una empresa fumigadora de plagas.