Más del 40% de las especies de insectos están en peligro de extinción y el medioambiente se verá gravemente afectado por ello. Hoy en día existen alarmantes tasas de de disminución de insectos, las cuales pueden llevar a la desaparición de muchos de ellos en las próximas décadas.
Muchos de nosotros vemos los insectos como una mera molesta, son feos y dan grima. Pero hay algo que debemos tener en cuenta, sin ellos, el mundo deja de funcionar. Desempeñan un papel fundamental en la polinización, por ejemplo. Los insectos son clave en el ciclo alimenticio de las aves y en general, en nuestro ecosistema.
Sin embargo, lejos de tener esto en cuenta, procedemos a eliminarlos mediante el uso de insecticidas y la deforestación de los bosques, la urbanización de hectáreas de hábitat natural y la producción de alimentos llenos de pesticidas. La tasa de extinción de insectos es ocho veces más veloz que la de las aves, los mamíferos y los reptiles.
El análisis titulado “Declive mundial de la entormofauna: un análisis de sus causas” observa familias de especies como las mariposas, abejas, polillas, libélulas, escarabajos, avispas, hormigas, moscas o mosquitos (entre otros) que están amenazadas. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) asegura que más de un 30% de las especies de insectos se encuentra en una situación vulnerable, más del 50% en peligro de extinción y más de un 70% en peligro crítico.
Las regiones tropicales son las más afectadas por el cambio climático, es particularmente importante en estas áreas. Sin embargo, se ha estudiado que el cambio climático que vivimos afecta a una minoría de especies en climas fríos y en las montañas de áreas de clima templado.
Todo ello es una clara llamada a la reflexión. Nuestro entorno está cambiando y las acciones llevadas a cabo en el presente nos traerán graves consecuencias en un futuro no tan lejano. Más o menos tenemos idea de lo que está suponiendo el impacto del cambio climático en algunas especies de animales, pero sobre los insectos hay poca información, y es importante.
Desde Fuminor queremos proponer algunas buenas prácticas que pueden ayudar a frenar la extinción de algunas especies de insectos, como por ejemplo plantar flores y setos alrededor de los cultivos incrementando su rendimiento. Esto aumentaría la abundancia de polinizadores silvestres. La rotación del cultivos con trébol atrae a los abejorros, por ejemplo.
Para que todo ello funcione, es recomendable (e imprescindible) la reducción del uso de pesticidas, o al menos un uso más enfocado o específico. La reducción drástica de argoquímicos y un rediseño “agrícola” serían ideales. Una buena práctica sería la restauración de áreas seminaturales, o la construcción de más refugios de insectos y criaderos de gusanos y mariposas.
Fuminor control de plagas elimina los insectos de tu casa o de tu negocio, pero aboga por un medio ambiente cuidado y equilibrado. ¿Qué opinas?